el escritor

Discurso de Jaume Sanllorente con motivo del 70 aniversario de las Naciones Unidas

Discurso de Jaume Sanllorente con motivo del 70 aniversario de las Naciones Unidas

 


 


Majestades, Secretario General de las Naciones Unidas, Sra. de Ban-Ki-moon, autoridades, señoras y señores,


 


Decía Mahatma Gandhi que si el mundo sigue vivo todavía, a pesar de tantas guerras, es porque la fuerza del amor y de la humanidad es victoriosa.


 


Reconozco que por un momento dudé de tal afirmación, especialmente cuando hace 10 años, aterricé por primera vez en Bombay, donde millones de personas sufren diariamente en las zonas de chabolas más grandes de Asia, privadas de sus derechos humanos más elementales.


 


Movido por la visión de un lugar libre de pobreza e injusticia social, creé la organización Sonrisas de Bombay, a la que se unieron otros soñadores y personas que me han hecho ver, día a día, cuanta razón tenía Gandhi cuando hablaba del triunfo de la bondad.


 


Durante estos más de diez años hemos podido trabajar con las comunidades, proyectos de educación, salud y desarrollo socio económico que han beneficiado a más de 8000 personas de las zonas de chabolas de Bombay, agentes para el cambio a los que hemos tenido el privilegio de proporcionar herramientas para obtener su autosuficiencia y ser, en definitiva, ciudadanos libres.


 


Somos un equipo humano de más de 150 personas que hemos tenido la suerte de trabajar, en varias ocasiones, con empleados y voluntarios de las distintas agencias de las Naciones Unidas, implementando programas conjuntos y comprobando de cerca su entrega, compromiso y buen hacer.


 


La organización que presido, como tantas otras en muchos lugares del mundo, se une al objetivo compartido con Naciones Unidas de luchar contra la pobreza, uno de los propósitos con los que se creó. Para ello, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible supone un hito fundamental “para liberar a la humanidad de la tiranía de la pobreza”. Y se trata, sin duda, de una responsabilidad común: de todos y cada uno de nosotros.


 


Estoy convencido de que ésta es una ocasión perfecta para recordar que, por encima de todo, somos planetarios y que hasta que no reconozcamos como compañeros y hermanos a todos los habitantes del mundo, aunque nos separen de ellos kilómetros, entornos o etnias, no podemos decir en voz alta que este planeta es nuestro hogar.


 


 


Ahora es el momento para tener presente que el mundo es un jardín. Seamos nosotros, cada día y desde nuestras posiciones, los que plantemos las flores.


 


Majestades, gracias, porque cumpliéndose 60 años del ingreso de España en las Naciones Unidas, representáis hoy aquí uno de los países que creyó y sigue creyendo en la labor y el sentido de esta organización. Que el compromiso, la coherencia y el respeto hacia las libertades y derechos humanos sigan rigiendo siempre esta alianza.


 


Señor Ban-ki-Moon, felicidades por estos 70 años de Naciones Unidas y de una tarea no siempre visible y reconocida, pero desde luego muy necesaria, útil y fructífera.


 


Porque a pesar de que algunos árboles puedan causar sombras y de la tierra árida que aún queda por plantar, gracias a las Naciones Unidas el mundo es hoy un jardín con más luz y más flores, en el que es mucho más agradable habitar, respirar y pasear libremente.


 


 


 


Muchas gracias.